El reto que enfrenta la industria textil en Guadalajara

México es uno de los países que más exporta e importa mercancía en el mundo debido a la cantidad de tratados internacionales que posee con otros territorios. Esto le ha dado la oportunidad de consolidarse en ciertos mercados y el de la industria textil no es la excepción.

Actualmente, México es el quinto proveedor a nivel mundial de textiles; alrededor del 60 por ciento de las exportaciones se destinan a Estados Unidos y el resto se reparten entre los países del continente americano y europeo. Por supuesto, hay un estado que destacada en esta industria: Jalisco.

Tan sólo en el 2017, la industria del vestido generó alrededor de 16 mil 300 nuevos empleos en distintas localidades del estado jalisciense. Además, sus importaciones ascendieron a 210 millones de dólares.

¿Qué significa esto? Que la zona de Jalisco, especialmente la de Guadalajara, está convirtiéndose en una especie de capital de la moda en el mundo, lo que supone grandes retos para el futuro. 

En primera instancia, las empresas que se dediquen a la industria textil en México deben cubrir con una serie de requisitos fiscales para llevar a cabo sus actividades. Estos requisitos son: 

• Estar incluido en le padrón de importadores del sector textil.
• Contar con el aviso del permiso automático anticipado ante la autoridad aduanera; esto para poder realizar cualquier operación que implique introducir fibras o textiles provenientes del extranjero.
• Cumplir con las obligaciones y documentos correspondientes a los establecidos por la Secretaría de Economía. Lo anterior, sirve para que cualquier empresa que quiera importar mercancía a territorio mexicano, lo haga conforme a la ley. 

La tecnología: el principal reto de la industria textil 

Por otro lado, las empresas involucradas en la industria textil, además de cumplir con todas las medidas en materia aduanal, también se verán obligadas a encontrarse con una pared: la tecnología.  

El reto tecnológico de la industria textil va de la mano con los cambios en las tendencias de las personas, en cómo consumen los productos, cómo los adquieren y utilizan. 

Los procesos deben ser más innovadores y por supuesto, incorporar la tecnología en sus actividades: automatizar procesos de entrega y recepción de mercancía y aprovechar al máximo las plataformas digitales para gestionar sus productos y que estos pueden competir entre miles de opciones en el mercado.

Hoy, las grandes cadenas departamentales han conseguido consolidar las ventas por internet, lo que obliga a los fabricantes y proveedores de la industria textil a modificar la gestión de sus almacenes.

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