La electrificación del transporte se presenta como una necesidad inminente para combatir las emisiones contaminantes.
En 2022, los vehículos de pasajeros contribuyeron con el 50% de estas emisiones globales, generando un urgente llamado a la transformación de la industria automotriz hacia opciones más sostenibles.
A pesar de los desafíos, como la paridad de precios y la infraestructura limitada, el horizonte parece alentador, especialmente hacia las siguientes décadas.
Analicemos el panorama actual y las posibles implicaciones logísticas de esta electrificación. 👇
Electrificación en cifras
Según el estudio anual Electric Vehicle Outlook (EVO) 2023 de BloombergNEF, recopilado por el portal T21, los vehículos de dos y tres ruedas lideran la electrificación con casi el 50% de las ventas, seguidos por autobuses (38%) y vehículos de pasajeros (14%).
Sin embargo, el segmento de furgonetas y camiones eléctricos representa solo el 3%. Este cambio ha impactado significativamente en la industria petrolera, desplazando 1.5 millones de barriles de crudo al día para finales de 2022.
Implicaciones económicas y de mercado
La electrificación ha desencadenado una disminución del 20% en las ventas de vehículos de combustión para finales de 2022, con proyecciones de una caída del 40% para 2026.
Esta reducción es vital para cumplir con los compromisos de reducción de huella de carbono asumidos por diferentes países. En Latinoamérica, las proyecciones indican que la electrificación de la flota de vehículos de pasajeros podría alcanzar el 80% en 2050 en un escenario de transición económica y hacia el 2035 en un escenario de cero neto.
Retos y oportunidades logísticas
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Vehículos comerciales pesados:
El segmento más desafiante es el de los vehículos comerciales medianos y pesados, que solo alcanzarán la mitad de electrificación en un escenario de transición económica para 2050.
La autonomía y potencia de estos vehículos son factores críticos, ya que su gran tamaño y peso requieren baterías más grandes y estaciones de carga con alta potencia.
Para un camión con una autonomía de 800 kilómetros, se necesitaría un cargador de un megavatio, equivalente a la energía necesaria para abastecer a 330 hogares en México.
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Infraestructura de carga
La implementación de una infraestructura de carga adecuada se convierte en un desafío logístico importante.
Es esencial desarrollar estaciones de carga eficientes y ubicadas estratégicamente para satisfacer las demandas de los vehículos electrificados. Este proceso requiere coordinación entre gobiernos, empresas automotrices y proveedores de servicios de energía.
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Oferta y demanda regional
En Latinoamérica, las ventas de vehículos eléctricos han sido impulsadas por una mayor oferta y la llegada de modelos chinos.
La participación de estos modelos se espera que aumente, especialmente con la producción local en Brasil y China para atender la creciente demanda latinoamericana. Este cambio en la oferta y la demanda regional plantea desafíos logísticos en términos de distribución y servicio postventa.
El rol de las agencias aduanales en la “transición electrificada”
En este contexto de cambios significativos en la industria automotriz, las agencias aduanales desempeñan un papel crucial.
Facilitarán el flujo eficiente de vehículos electrificados a través de las fronteras, asegurando la conformidad con regulaciones aduaneras y creando una transición sin contratiempos.
Además, ayudarán a las empresas a comprender y cumplir con las complejidades logísticas asociadas con la importación y exportación de vehículos eléctricos, desde la documentación hasta la gestión de aranceles.
En Grupo Ei, hemos trabajado con clientes que nos permiten estar preparados para el futuro de la industria automotriz y los retos logísticos que vendrán con este tipo de tendencias y transiciones en el mercado.
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