En el comercio internacional, los productos tradicionales y no tradicionales se diferencian, principalmente por los insumos y la mano de obra que se emplea para su obtención o producción.
Es fundamental esta clasificación para el comercio exterior en México y en el mundo, ya que permite evaluar el nivel de impacto de la balanza comercial sobre los recursos económicos del país.
La segmentación de estos productos cambia en cada país, debido a que la geografía y/o recursos naturales de cada nación dicta la cantidad de mano de obra para su obtención y producción, una de las principales diferencias entre los productos tradicionales y no tradicionales.
Productos tradicionales
Los productos tradicionales son aquellos que no tienen un valor agregado en el proceso de producción y su obtención no es suficientemente importante como para transformar la esencia natural. Ejemplos de productos tradicionales: azúcar y cacao.
Productos no tradicionales
Por otra parte, los productos no tradicionales son aquellos que requieren de un proceso de alto valor agregado. Es decir, a los países les conviene exportar grandes cantidades de estos artículos, ya que requieren insumos, inversión, proceso logístico y una mayor cantidad de personas generando puestos de trabajo directo e indirecto.
Estos productos cuentan con incentivos como los Certificados de Abono Tributario (CAT), respaldo financiero, seguros, entre otros, que garantizan su posicionamiento en mercados internacionales.
En el extranjero se les conoce simplemente, como productos “exóticos”, “tropicales” o “specialities”. Algunos de los ejemplos más representativos de estos productos en México son la miel, las pitayas y el tequila.
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